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2 jul 2023

El cometa de 1664 en la Ciudad de los Reyes

El paso del cometa Halley en 1986 marcó en mí el entusiasmo por la astronomía. Recuerdo aquel verano en Lima, donde mucha gente curiosa se iba a las playas del sur a acampar para ver el cometa. Los canales de televisión transmitían todos los días los acontecimientos que sucedían en las playas. Lo único que yo tuve fueron unos binoculares de juguete y un libro que mi papá me compró en Wong de La Aurora que se titulaba El Cometa Halley 1985-86 Guía para su observación de José Luis Comellas y Manuel Cruz. Esas dos cosas fueron suficientes.

Portada del libro de Comellas
Fuente: archivo personal

En aquella época en el cielo de Lima se podía observar estrellas hasta de magnitud 4 a simple vista (hoy solo se observa hasta la magnitud 1 o 2). Planifiqué la observación sin salir de Lima pero en la azotea de la casa de una tía. Era una noche despejada en el mes de marzo. El libro me ayudó a ubicar el área del cielo donde estaba el cometa hacia el SE, pero los binoculares me ayudaron a encontrarlo. Era como una pelusa brillante con cola corta a unos 45° de altura. A simple vista se podía ver, pero muy débilmente.

La predicción de la aparición de un cometa solo se conoció cuando Edmund Halley descubrió la recurrencia de los cometas por su tamaño aparente y su recorrido por el cielo. Según esto dedujo que orbitaban alrededor del Sol en forma de elipses muy excéntricas. Con ello dedujo que los cometas observados en 1531, 1607 y 1682 eran el mismo y pronosticó que regresaría en 1758. Cuando sucedió esto, ese cometa fue llamado Halley en honor a su nombre. Es el mismo cometa que observé en 1986.

Por supuesto, en Lima se han visto muchos otros cometas. Bueno, en los últimos tiempos no, precisamente por la gran contaminación lumínica. Sin embargo, en otros tiempos esto no fue un problema en la ciudad. De los registros antiguos se tiene documentada la observación del cometa de 1664 en Lima cuando era virrey Diego de Benavides y de la Cueva, VIII conde de Santisteban.

Actualmente el cometa de 1664 se denomina C/1664 W1 y fue observado por todos los científicos y pensadores más importantes del mundo occidental de esa época, incluidos Isaac Newton, Edmond Halley, Johannes Hevelius, Robert Hooke, Samuel Pepys, Giovanni Domenico Cassini y otros.

El cometa dibujado en la constelación Corvus

Fuente: Von Anonym (1664) - http://www.atlascoelestis.com/anonimo%20dic%201664%20base.htm, Gemeinfrei, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=33812685

Se creía que la aparición de cometas traía desgracias a la humanidad, cada cultura asociaba tales desgracias a sus propios acontecimientos. Pero en realidad, la mala suerte de unos es la buena suerte de otros. En 1066 un cometa apareció en el cielo pronosticando una mala fortuna para Inglaterra que fue invadida por los normandos, pero fue buena fortuna para estos últimos. Otro cometa apareció en 1456, tres años después de la caída de Constantinopla, mal augurio para los bizantinos, pero buena esperanza para los otomanos. Incluso el cometa Halley que apareció en 1531 pudo haberse asociado a la caída del Imperio Inca, sin embargo, fue una buena suerte para la monarquía española.

Sobre el cometa de 1664, el Cosmógrafo Mayor Francisco Ruiz Lozano, mestizo peruano que sirvió al virrey Diego de Benavides y de la Cueva, publicó el Tratado de cometas, observación y juicio del que se vio en esta Ciudad de los Reyes y en todo el mundo, por los fines del año 1664 y principios de este 1665 donde se explicaba sobre la naturaleza y origen de los cometas, el carácter supralunar de los cometas y sobre su composición decía que: la materia del cometa es unos átomos, chispas y cuerpecillos vagos y ambulones, con que de su naturaleza tienen inquietud o parte de movimiento castizo. Estos, unidos y coacervados de sus eficientes, se densifican y disponen a la recepción de la iluminación del Sol. Antes, aunque eran materia dispuesta, no eran capaces de esta iluminación; pero ya densificados, sí. Conque el Sol, dispuesta la materia, los ilumina; Marte y Mercurio los inflaman; y ellos entonces, ya vivaces y como animados con aqueste particular modo de información, se mueven, aunque irregularmente, si bien con viveza, porque los átomos de su materia se movían vagamente. Sin embargo, Ruiz Lozano creía en la astrología de los cometas, quien decía que al ser cosas celestiales, producían efectos malignos y violentos.

Obra de Francisco Ruiz Lozano

Fuente: Internet

Asimismo, incluía detalladas mediciones del astro que se había observado en el cielo limeño el 15 de diciembre de 1664, a la 1:30 de la madrugada. Sin embargo, este cometa ya lo había visto el capitán y piloto Bernardino Liaño y Leyva en el puerto de San Marcos de Arica el 11 de diciembre. Suarez dice sobre la obra de Ruiz Lozano: El «monstruo crinado» se habría engendrado en los márgenes de la Vía Láctea, entre las estrellas saturninas y mercuriales, y luego había trazado un recorrido que fue medido día a día, hasta que se extinguió el 16 de enero de 1665. El cometa pudo ser observado durante cuarenta y dos días en Lima. Deduzco que Ruiz Lozano no tuvo que moverse de Lima puesto que normalmente está despejado en el verano. 

Un astrónomo que estudió al cometa de 1664 fue el español Vicente Mut (1614-1687), quien en su Cometarum anni MDCLXV registró las horas de observación, la longitud, la latitud y el ángulo de la órbita con la eclíptica, y refiere que este cometa no tiene trayectoria rectilínea porque si no hubiera pasado muy cerca de la Tierra observándose un gran paralaje, pero esto no ocurrió, por lo que planteó una órbita parabólica porque observó que la trayectoria hizo un semicírculo desde Libra hasta Aries, haciendo semejanza con el movimiento de los proyectiles disparados horizontalmente cuya fuerza llega a agotarse para seguir una trayectoria parabólica en su caída.

La trayectoria del Cometa C/1664 W1

Fuente: An Astronomical Description of the Late Comet or Blazing Star; As it appeared in New-England in the 9th, 10th, 11th, and in the beginning of the 12th Moneth, 1664. Together with a Brief Theological Application thereof. (1665) - Samuel Danforth 

Mut creyó entonces que los cometas salían disparados de algún lado y luego, al agotarse su fuerza inicial se "caían", casi aproximándose a las teorías modernas. Hoy se cree que los cometas salen de la nube de Oort cayendo hacia el Sol, quedando atrapados por este, algunos con órbitas elípticas otras abiertas como parábolas o hipérbolas las que nunca más regresan.

El cometa de 1664 tenía una ligera inclinación respecto a la eclíptica, por lo que ha tenido aproximaciones no sólo con algunos de los planetas pequeños, sino también con los planetas grandes, pasando muy cerca de Júpiter en 1663. Es posible que su órbita haya sido modificada por este hecho. No es posible saber si su órbita se volvió elíptica y, de ser así, cuándo el cometa podría regresar al sistema solar interior.

Bibliografía

Katayama Omura, Roberto Juan (2001). Pedro Ruiz Lozano: Tratado de Cometas, en Escritura y Pensamiento AÑO IV, w 7, 2001, PP. 53- 74.
Navarro, Víctor (2014). Cuatrocientos años del nacimiento de Vicente Mut. Astrónomo, físico, ingeniero. Diccionario Biográfico Español de la Real Academia de la Historia, 21 julio 2014.
Suárez, Margarita (2019). ASTROS, HUMORES Y COMETAS Las obras de Juan Jerónimo Navarro, Joan de Figueroa y Francisco Ruiz Lozano (Lima, 1645-1665), Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial.

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